La película nos situa, como cabría esperar, en un futuro muy, muy lejano (unos 10000 años), en el que el universo conocido se halla aglutinado en un Imperio del que el Paddishah Shaddam IV de la casa Corrino es el regente absoluto. El imperio está dividido en feudos-planeta, entre los que destacan la casa Atreides y la casa Harkonnen; además, dentro del imperio, otras sociedades importantes juegan con los poderes feudales, como la Hermandad de las Bene Geserit, una mujeres con poderes mentales que llevan a cabo un plan de mejora genética del ser humano, y la cofradía de navegantes, los únicos capaces de plegar el espacio para realizar los viajes interestelares. El sostén del imperio, su economía y todo su poder gira entorno a una sustancia: la especia Melange. Esta sustancia (un paralelismo claro con el petroleo) permite alargar la vida y plegar el espacio para los viajes. El único problema que tiene la especia, es que sólo existe en un planeta en el universo conocido, y ese planeta es Arrakis, también conocido como Dune. Dune es un sistema ecológico único y hostil, ya que todo el planeta está compuesto por un gran desierto. Dentro de este desierto, en las zonas de arena, unos gusanos de enorme tamaño dificultan la explotación de especia. Dune, además, es el planeta natal de los Fremen (o free men, hombres libres), un pueblo de humanos con los ojos azules (por la exposición a la especia), y en él nunca llueve.